LA LUCHA POR EL SUEÑO AMERICANO: UN PAÍS HOSTIL DE TRATOS CRUELES E INHUMANOS POR EE. UU.
Un desgarrador
testimonio de Rachell Madelein Tovar Calleja, migrante venezolana, manifiesta
el trato inhumano que vivió al buscar el tan anhelado sueño americano: “Pasé
toda la travesía por el Darién, sufrí en México y todo para poder llegar a EE.
UU.”
Acotó que, durante una de las redadas por parte del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, sigla en inglés) en una tienda Walmart de Estados Unidos, quedó detenida bajo custodia de esta institución. Así también, 150 venezolanos fueron arrestados: “Todos asustados, nos procesaron y el maltrato por parte de las autoridades federales es algo más excesivo que una detención como tal de ICE”.
Resaltó que su historia quedó marcada por dificultades y abusos, reflejando la dura realidad que viven muchos compatriotas en el país norteamericano.
Por otra parte, expresó que, durante su detención en el Centro de Detención de Coastal Bend, ubicado a pocos kilómetros de la frontera con México, “me metieron en un cuarto y me atacaron los nervios porque sufro de claustrofobia. Me dio un ataque de pánico… Me trasladaron a otra habitación, me quitaron la ropa y me pusieron una camisa de fuerza. Me acostaron derechita en una cama y estuve dos días sin poder ir al baño, no me dieron comida. Solo decían que, por ser migrantes, merecíamos ser tratados así”.
Indicó que fue la mayor humillación de su vida.
Por último, hizo un llamado a los migrantes que están en todos los Estados Unidos: “Muchachos, cuídense. Busquen la manera de regresar a su país. Que se los digo yo, que lo viví: la peor experiencia que tuve en Estados Unidos”.
Otro de los testimonios es el de la ciudadana Virginia Pérez, quien tuvo una discusión el 20 de septiembre de 2024 con unos oficiales. «Era algo breve, pero me llevaron detenida y me dijeron que era una criminal, que no debía estar en ese país. Cuando llegué a la detención, me pusieron una fianza de mil dólares, la cual cancelé; además, duré cinco meses detenida, privada de libertad, sin los niños y sin saber nada de ellos. El trato es horrible: comida, ropa, absolutamente todo… Los funcionarios y el Gobierno de Trump piensan que los venezolanos somos criminales, estafadores y ladrones.
Finalmente, hizo un llamado a los ciudadanos: “No hay que estar inventando para otro lado, ni mucho menos allá en ese país; un país que es cruel, racista y hasta discriminador. Me veían con el grillete, me tiraban los carros encima, me gritaban cosas y, de verdad, es aterrador”.
